martes, 5 de marzo de 2013

En el patio




Se filtra el sol por el viejo
parral que el patio adosela 
con sus ramas florecientes, 
en las que, al sol, centellean 
los racimos y sus rayos
bordar parecen la tierra 
con movedizos encajes 
de oro sutil; una clueca 
á sus polluelos cobija 
con sus alas, prisionera 
de una nasa de carrizos; 
al aseo y a pereza 
un gato ríndele culto, 
á la sombra que proyecta 
un jazmín, que con sus brazos, 
la tosca taza de piedra 
de una fuente carcomida, 
casi oculta; como pérsicas 
alcatifas en los muros 
que escala la enredadera 
extiende sus pabellones; 
como adormecidas cierran 
en el ruinoso arriate 
las pálidas azucenas 
y el geranio purpurino 
y las tímidas violetas 
sus corolas perfumadas; 
tiende la oriental palmera 
sus pomposos abanicos 
que urgan el parral; la siesta 
duermen algunas vecinas 
de sus humildes viviendas 
en los dinteles; del cielo 
el azul un mar remeda 
de zafir, que á veces cruza 
como góndola ligera 
alguna paloma nítida; 
el calor todo lo enerva, 
todo del calor al ósculo, 
dormita, todo se entrega 
á un dulce sopor y solo 
turba la quietud serena
del patio el hondo silencio 
que por él se enseñorea, 
el son rítmico y monótono 
con que el agua se destrenza 
al caer sobre la taza; 
de mármol y la voz llena 
de languidez y dulzura, 
de pasión y de tristeza 
con que canta una gitana 
esta copla que revela 
que la que canta la copla
al cantar canta una pena: 
«Dicen que en el mes de Junio 
queman los rayos del sol; 
¡pa quemar, el primer beso 
que mi serrano me dio!»

ARTURO REYES

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