viernes, 18 de enero de 2013

Oriental



Oye mi canto sultana,
antes que tu celosía
bañe en su luz la mañana;
oye la dulce armonía
de mi canción africana,
Deja los muelles cogines
de bordados terciopelos
de tus regios camarines,
y oye al que muere de celos
y de pasión, al que vino
a luchar contra el cristiano
desde el desierto africano
hasta el verjel granadino,

Yo soy el fuerte guerrero
que la cerviz nunca abate
ni nunca rinde su acero,
ni jamás en el combate
dejó de entrar el primero;
el que en la cuja [¿puja?] la lanza
a ningún paladín cede
ni en denuedo ni en pujanza:
el que nunca retrocede
y á su yatagán sujeta
llevó siempre la fortuna;
el que fué desde la cuna
bien querido del Profeta.

Contra mi curtida frente
el huracán del desierto
estrelló su arena ardiente,
y cual él en rumbo incierto
recorrí todo el Oriente;
doquier dejaron mis tiendas
de blanco lino, señales,
y crucé todas las sendas
y todos los arenales
y en brazos de mi destino
fui por doquiera sin freno
con mi corcel sarraceno
y mi alfanje damasquino

Vine desde las lejanas
zonas donde las palmeras
dan sombra á las caravanas,
por vencer á las guerreras
valientes huestes cristianas;
vine, más [sic] vine en mal hora
por conducir en mi mano
triunfante la insignia mora
hasta el reino castellano
y en lugar de noche y día
teñir en sangre mi acero
canto y gimo, lloro y muero
al pie de tu celosía.

Ven, pues, conmigo agarena
hasta el Yemen perfumado,
pues si no muero de pena;
deja el alcázar dorado
donde el sultán te encadena.
Ven, hurí de las huríes,
tú que al dolor aniquilas
con tus labios carmesíes;
tú, que en las negras pupilas
llevas, porque Alah lo quiso,
los resplandores primeros
con que encendió los luceros
que alumbran el paraíso.

Ven y en mi serrallo, ingrata
tendrás un kiosco de flores
con la cúpula de plata,
donde es de los ruiseñores
eterna la serenata;
ven, la mas bella y divina
de las bellas de Basora
de Damasco, y de Medina,
y harás que el moro la hora
nunca maldiga en que vino
a luchar contra el cristiano
desde el desierto africano
hasta el verjel granadino.

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