viernes, 7 de diciembre de 2012

Reseña Cartucherita

Publicada en la La Época el 3/4/1897, nº 16.823, página 2.

Cartucherita, por Arturo Reyes.


Hace algún tiempo en el villino que posee José Villegas en uno de los arrabales de Roma, hube de admirar su hermoso cuadro La muerte del torero. El pintor ha sabido fijar en su célebre lienzo algo del ambiente del Mediodía, algo de la vida, de las costumbres, del carácter, en fin, de la raza andaluza. Aquel diestro moribundo; aquella mujer que, desolada, se inclina sobre el rostro de su amante; el grupo que forma la acongojada cuadrilla contemplando la agonía de su matador, y la severa figura del sacerdote, que contrasta con los trajes de luces de los toreros ofrecen un conjunto tan dramático, que no es posible mirarlo sin sentir emoción honda y dolorosa.

Análoga impresión á la que la vista del cuadro me produjo acaba de causarme la lectura de Cartucherita, preciosa novela de Arturo Reyes, escritor malagueño ya conocido de los lectores de Madrid, gracias á una colección de versos titulada Desde el surco, recientemente publicada.

Cartucherita es como una paráfrasis de la pintura de Villegas. No parece sino que el autor de la novela, al ver el hermoso cuadro, ha adivinado la historia del torero moribundo, y la cuenta con pluma tan vigorosa ó inspirada como vigoroso é inspirado es el pincel del insigne artista sevillano.

Desde las primeras páginas de su libro el Sr. Reyes se apodera del lector, encadena su atención y le hace seguir con interés creciente la sencilla relación de los amores de Cartucherita. Deslízase el relato fácil y conmovedor, y como impregnado por el aroma de las flores de los pensiles malagueños y oreado por las brisas del Mediterráneo. Málaga la bella destácase ante los ojos del que lee la novela bañada en luz, alegre, riente, con sus rejas adornadas de rosales y claveles, con sus mozos ternes, sus mujeres hermosas y apasionadas y sus fiestas, semejantes alas zambras orientales que pintan las leyendas muslímicas...

Todo esto vivido por el autor de Cartucherita nos cautiva y deleita .Y no nos encanta menos el pintoresco lenguaje con que se expresan las diversas personas que intervienen en la acción, lenguaje siempre oportuno, poético en medio de su aparente vulgaridad, rico en pintorescos modos de decir, popular, expresivo, ingenioso, como suele serlo la incomparable charla andaluza.

De todas veras digo que entre los libros que en parte por obligación, en parte por gusto, he leído últimamente, ninguno me ha producido mayor deleite que el libro de D. Arturo Reyes.


ZEDA.

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